a docente panameña Briseida Raquel Hernández mereció el “Premio Extraordinario a la Excelencia Investigadora”, de la Universidad de Salamanca, por la tesis realizada en el marco de su Doctorado en Investigación de la Discapacidad.
10 junio 2020 |
Su trabajo de tesis doctoral “Evaluación del Ecosistema Inclusivo: Perfil laboral de los estudiantes con discapacidad, una mirada desde la educación” obtuvo el “Premio Extraordinario a la Excelencia Investigadora”, así como una mención internacional, en una ceremonia realizada en marzo pasado.
Esta distinción es, para la Dra. Hernández, un gran logro. “Los premios no son un fin; al contrario, son un reconocimiento y un incentivo para seguir trabajando y cosechar otros reconocimientos ahora en Panamá, como investigadora formada en una de las mejores universidades del mundo; es un listón muy alto”.
Ser becaria de la SENACYT para cursar estudios doctorales en la tercera universidad más antigua de Europa -que tiene casi 800 años de funciones- representó una gran oportunidad de crecimiento para esta profesora. A nivel profesional, “contar con la SENACYT es algo que no se puede medir, ni agradecer; para mí, constituyó la posibilidad de especializarme en investigación, y sin ese apoyo esto no hubiese sido posible. Hacer investigación es un reto en Panamá; y con estos estudios tengo una línea abierta para aportar a Panamá”.
Su tesis doctoral consistió en una investigación con impacto social que hace énfasis en la calidad de la educación que reciben personas con discapacidad.
Según la Dra. Hernández, quien es Licenciada en Educación Especial, el objetivo principal de su estudio fue conocer las competencias que presentan los jóvenes con discapacidad vinculadas con su perfil educativo, socio familiar y contextual para enfrentar el mercado laboral. Entre las conclusiones que halló su análisis está que existe “la necesidad del desarrollo de métodos y herramientas innovadoras desde la escuela, así como el diseño de nuevos y mejores programas, estrategias y contenidos adaptados a las necesidades de las personas jóvenes con discapacidad”.
En lo que se refiere a la equiparación de oportunidades para personas con discapacidad, la docente considera que se necesitan mayores esfuerzos. “Es alarmante el porcentaje de las personas jóvenes con discapacidad no tiene trabajo ni lo busca. Otro resultado relevante del estudio es que la principal barrera que encuentran las personas jóvenes con discapacidad en su acceso al empleo son los prejuicios y los estereotipos que causan discriminación. Aunque se han experimentado importantes avances en materia de discapacidad, los cambios no se producen a golpe de legislación, y aún queda un importante camino por recorrer”.
En el país viven 370 mil 53 personas con algún grado de discapacidad, según el Primer Estudio sobre la Prevalencia y Caracterización de la Discapacidad en Panamá, publicado por la Secretaría Nacional de Discapacidad en el año 2006.
Panamá cuenta con la Ley 15 del 31 de mayo de 2016 (que reformó la Ley 42 del 27 de agosto de 1999), que establece que cada empresa con 50 trabajadores o más deberá tener en su fuerza laboral una proporción no menor del 2% de trabajadores con discapacidad, y recibirán un salario igual al de cualquier otro trabajador que desempeñe la misma tarea dentro de la empresa.
INVESTIGACIÓN Y DOCENCIA
En palabras de la docente, realizar investigación científica es clave para poder obtener “un contacto real con los problemas del entorno y buscar respuestas. Para ello se necesita tiempo, espacio y recursos. Es una actividad altamente intelectual que exige estudiar para adquirir conocimientos”.
En lo que se refiere a la investigación enfocada en el sector educativo, la Dra. Hernández recalca que es necesario “hacer diagnósticos desde afuera de la escuela, para así entender mejor qué se siente y qué pasa en la educación hoy”.
En este sentido, la especialista considera que la docencia exige formación permanente, ya que no solo se trata de ofrecer una formación curricular, sino también una formación más humana. “Hoy, más que nunca, es importante que el docente pueda constituirse como figura de autoridad con credibilidad, desde el ejercicio de la investigación. Para ello, la persona debe estar bien posicionada en su rol docente. Su tarea no es solo enseñar, sino educar, siendo ello mucho más integral y complejo. Docencia no es solo enseñar, sino lograr que el estudiante aprenda, y para ello se requiere de pasión, inspiración y formación. Quien no tiene esa pasión, puede ser docente, pero no maestro”, reflexiona la Doctora.