CUIDADO, FaceApp, la aplicación que podría estar recopilando datos de reconocimiento facial

Si uno ingresa al sitio online de FaceApp, la aplicación que en las últimas semanas ha causado furor en el mundo, de inmediato descubrirá que goza de los reconocimientos de haber sido la mejor app en la Apple Store y Google Play en 2017, así como de estar incluida en la lista de las 25 mejores de Fast Company de ese mismo año, al tiempo que presume tener más de 80 millones de usuarios e ir en ascenso en todo el mundo

17 julio 2019 |

Si uno ingresa al sitio online de FaceApp, la aplicación que en las últimas semanas ha causado furor en el mundo, de inmediato descubrirá que goza de los reconocimientos de haber sido la mejor app en la Apple Store y Google Play en 2017, así como de estar incluida en la lista de las 25 mejores de Fast Company de ese mismo año, al tiempo que presume tener más de 80 millones de usuarios e ir en ascenso en todo el mundo. Nada para impresionar si consideramos los ascensos vertiginosos de otras aplicaciones.

En el pasado la costumbre de los usuarios de esta aplicación –que en rigor es un editor de imágenes que hace uso de Inteligencia Artificial para modificar la apariencia de las personas, pero sin caer en los excesos grotescos y cursis de Snapchat–, era la de modificar el corte de cabello, los rasgos físicos y la presencia o no de detalles significativos en el rostro de un hombre o una mujer de modo hiperrealista.

Estos días, sin embargo, la tendencia se ha centrado en la posibilidad de ofrecer imágenes de cómo luciría la gente siendo mayor y por mayor debe entenderse en edad madura o siendo anciano. ¿Por qué? Es difícil decirlo, pero gracias a ello FaceApp ha conseguido lo que quizá secretamente siempre desearon sus creadores: viralizarse, pero no con el propósito de convertirse en el próximo Instagram, sino acaso avanzar en el oscuro arte del reconocimiento facial y la entrega de información a otros intereses.

Mas allá de su política de privacidad en la que si bien declara que no vende ni renta información de sus usuarios a terceros, reconoce que puede compartirla con otras empresas que formen parte del grupo de empresas a las que FaceApp pertenece. Las cosas se complican, sin embargo, cuando se lee que “la información proporcionada a través del servicio puede ser almacenada y procesada en los Estados Unidos (donde la empresa tiene sus servidores) o cualesquier otro país en el que FaceApp, sus afiliados o proveedores de servicios tengan intereses o instalaciones”.

Esto quiere decir, llanamente, que si en cualesquier otro país las leyes de privacidad funcionan de otra manera, la información proporcionada podría acabar en manos de terceros.

En tanto la empresa tiene su sede en San Petersburgo, Rusia, y forma parte de un conglomerado llamado Wireless Lab al frente del cual se encuentra Yaroslav Goncharov, un hombre del que es complicado obtener datos y que se sabe trabajó como director del Departamento de Tecnología de SPB Software Inc., en el equipo de Windows Mobile de Microsoft y que es reconocido como un experto en movilidad, las fotografías y datos de los usuarios bien podrían acabar, si cedemos a las teorías de la conspiración, en algún sitio oscuro del Kremlin como parte de un programa de reconocimiento facial.

Pero el mundo no parece darse por enterado de tales riesgos. Por ahora, lo cool es permitir que FaceApp y su Inteligencia Artificial perfilen nuestros rostros con los rasgos que tendremos en el futuro. Si el día de mañana una cámara en Moscú, Nueva York o Melbourne nos reconoce mientras paseamos por una de sus calles, ¿qué peligro puede haber en ello?

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