Abusos y agresiones sexuales en el fútbol femenino estadounidense, una práctica 'sistémica'

Cindy Parlow Cone, ex jugadora de la selección femenina de Estados Unidos, asumió la dirección de la Federación de Fútbol Femenino de Estados Unidos en 2020 y puso en marcha la investigación.

05 octubre 2022 |

Este 3 de octubre se publicó un informe contundente encargado hace un año tras las denuncias de mala conducta y acoso en la liga nacional de fútbol femenino de Estados Unidos.

"Los resultados de la investigación son desgarradores, exasperantes y profundamente preocupantes", dijo la presidenta de la Federación de Fútbol Femenino de Estados Unidos, Cindy Parlow.

Ella misma encargó el informe el año pasado, cuando asumió el cargo después de que la junta directiva dimitiera tras las acusaciones de agresión sexual de dos jugadoras contra el entonces entrenador inglés Paul Riley, que fue despedido por el North Carolina Courage.

Otro entrenador, Richie Burke, que dirigía al Washington Spirit, también fue destituido tras una investigación por agresión verbal y acoso moral.

"Múltiples equipos, entrenadores y víctimas"

El informe elaborado por la ex funcionaria del Departamento de Justicia Sally Yates y el bufete de abogados King & Spalding confirma las acusaciones de mala conducta, acoso y agresión sexual por parte de varios entrenadores a jugadoras.

Establece "comentarios sexuales, insinuaciones, tocamientos no deseados y relaciones sexuales forzadas" dentro de la National Women's Soccer League (NWSL) y fuera de ella, en instalaciones dedicadas a jóvenes jugadoras.

Y lo que es peor, hace nuevas revelaciones y apunta a tres entrenadores en particular, a los que desde entonces se les ha retirado la licencia. Estos comportamientos "se han convertido en sistémicos, abarcando a múltiples equipos, entrenadores y víctimas", escribió Yates en el informe, añadiendo que "estos abusos dentro de la NWSL están de hecho arraigados en una cultura más profunda del fútbol femenino".

Recomendaciones

El informe señala además que los clubes obstruyeron deliberadamente la investigación. Concluye que las agresiones y la mala conducta fueron generalizadas y sistemáticas en los niveles más altos del fútbol profesional femenino. Las autoridades y los directivos de los equipos no hicieron caso de las advertencias ni castigaron a los entrenadores que abusaron de las jugadoras.

Por último, el informe formula una serie de recomendaciones para el futuro. Ahora le corresponde a la dirección decidir cuáles aplicar. En una primera respuesta, la NWSL se ha comprometido a realizar reformas "sistémicas" y dice que "sigue admirando el valor" de las jugadoras que han hablado de abusos y agresiones.

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