Muchas veces, cuando pensamos en violencia laboral contra las mujeres pensamos en el acoso sexual, que ciertamente es una de las formas más comunes de violencia laboral. Sin embargo, hay muchas otras maneras de ejercer violencia en el sitio de trabajo, no sólo contra las mujeres, sino también contra los hombres.
La discriminación positiva tiene su sustento legal en las convenciones de derechos humanos de las mujeres, las cuales establecen claramente que la adopción por los Estados Parte de medidas especiales para proteger la maternidad, o que tengan el objetivo de acelerar la igualdad 'de facto' entre hombres y mujeres, no se considerará discriminación
La virginidad es una construcción social del sistema patriarcal. El patriarcado considera la sexualidad y la autonomía sexual de las mujeres como un peligro del que hay que defenderse y controlar.
Según la Ley 7 de 2018 contra actos discriminatorios, el hostigamiento o acoso moral o psicológico en el trabajo (‘mobbing', en inglés), consiste en ‘la explotación, la negativa a darle a la víctima las mismas oportunidades de empleo, no aplicar los mismos criterios de selección, no respetar su permanencia o condiciones generales de trabajo o descalificación del trabajo realizado'.
Hay situaciones de violencia que están tan integradas en las relaciones sociales, son tan imperceptibles y están tan naturalizadas, que la mayoría de las mujeres no sabemos que somos víctimas de violencia encubierta o de actitudes sexistas.
En los últimos cincuenta años, ningún país donde las mujeres no tengan acceso a los anticonceptivos ha salido de la pobreza.