17 octubre 2017
De niña viví el bullying de una manera tenaz, no era la mejor estudiante del salón, me casé joven y me divorcié 18 años más tarde…. He vivido el desempleo y las carencias, así como también he vivido momentos muy frugales, donde jamás faltaba nada, he reído y he viajado.
Cuando inicié mi carrera en cobros, acababa de dejar una posición como Gerente en una tienda retail de tecnología en Estados Unidos. Quería ir a la Universidad, pero los turnos rotativos en la tienda no me permitían ir a la U., luego como Gerente menos que podía salir de la tienda a tiempo para llegar a la clase. Decidí dejar mi empleo de 5 años luego que me ofrecieran una oportunidad en una financiera importante ubicada en Virginia, USA como cobradora nivel I.
Casi que ni paso el mes de entrenamiento, tenía vergüenza y jamás había cobrado un centavo a nadie… La cosa es que pasé el entrenamiento y ya en el puesto, no llegaba a las metas. Pasaron 2 meses y pensaba que me despedirían de mí empleo por no llegar a ninguna métrica (excepto la de promesas cumplidas y eso era muy bueno). Me sentaba con todas las mejores cobradoras para ver si algo se me pegaba de su estilo y nada… Hasta que un día, alguien tuvo el corazón de decirme que buscara la manera de sacar mí personalidad, que no me copiara de otras, sino que utilizara como guía las enseñanzas de mis compañeras e hiciera mío el “pitch”. Algo hermoso sucedió, empecé a cobrar, y con mucha confianza les hablaba a los clientes. Sin gritar ni faltar el respeto, escuchando, dialogando y buscando la manera de llegarle a mis clientes. Funcionó de maravillas. Me empezaron a promover internamente, me pasaban de departamento en departamento y siempre llegaba a las metas. Por muy difíciles que fuesen los cobros y la morosidad, yo llegaba a la meta. Luego vinieron los envidiosos que decían que yo hacía trampa y hasta llegaron a auditar todas mis llamadas, y en todos los años de trabajo, mantuve un puntaje en los auditos de 100%.
Y eso que casi me doy por vencida… pero a pesar de caer, me levantaba….
Mis padres son clase trabajadora y los veía trabajar muchísimo desde pequeña. Mis abuelos me inculcaron respeto y amor por mi trabajo. A pesar de no haber sido la mejor estudiante, mi abuelo siempre me decía que lo que estaba en “mi materia gris, nadie me lo podía quitar” y que, si perdía todo en algún momento de mi vida, si mi “materia gris estaba nutrida, podría volver a levantarme”. Y así me lo ha demostrado la vida. Me he caído (desplomado más bien), y me he levantado. He escuchado a un sobrino decirme, “tía usted tenía, tenía y tenía y ahora no tiene nada”. Yo me le reí en ese momento y le dije, “¿niño, no sabes que lo material va y viene?; “lo que he perdido lo recuperaré”.
¡Así que por más que dudes, no te rindas! ¡No dejes de creer en tus capacidades! Lo peor que puede pasarte es vivir una vida de remordimientos por no tener el valor y las agallas de vivir la vida plenamente (sin dañar a nadie, claro está). Vive y confía en ti. Abre tus ojos cada día con la seguridad que todo lo malo pasa y siempre vendrán mejores tiempos. Ten valor y coraje, recuerda que eres importante.
¡Un abrazo!
Actualmente laboro como Gerente de Cobros para la relación gobierno en Cable and Wireless Panamá. Tengo una licenciatura en Gerencia Empresarial y una Maestría en Administración de Empresas. Soy hija, esposa y sobre todo madre de una hermosa niña de 9 años y un travieso niño de 4. Tengo una amplia trayectoria en el mundo de Cobros, tanto consumer como business. A pesar de estar enamorada y muy entretenida con mi profesión, estoy en proceso de adquirir una maestría en Recursos Humanos (esa es una de mis vocaciones, la gestión humana). Mis hobbies son: pasar tiempo con mi familia (eso es prioridad); leer aunque no tengo mucho tiempo para ello; nadar y pasear! Me gusta motivar a otros a buscar y sacar lo mejor de ellos. No es fácil ver lo maravilloso que hay dentro, uno vive dándose con un martillo y se martiriza por lo que no hizo bien. Yo hablaré de mis experiencias personales, pero con la intención que ustedes también recuerden lo valiosas que son.