Inmanencia Divina y fraternidad Humana

07 octubre 2018

Inmanencia Divina y fraternidad Humana

Por inmanencia es que la Fuente divina está en todas partes, al mismo tiempo y en todas las creaturas y cosas desde el átomo hasta el Universo.

No hay nada que en algún grado no sea parte de esta Unidad Divina.    Es importante aclarar  que la Fuente Divina o como quieras llamarle no tiene figura masculina ni femenina, es Espíritu.

El principio divino se encuentra en escrituras bíblicas, aunque usaron términos antropogénicos propios de la época ancestral, así: “En El vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser” (Hechos 17:28) “Ni un pajarito cae en tierra sin la voluntad del Padre” (Mateo  10:29).   Cada triunfo científico revela un diseño divino en la naturaleza y se aplica desde lo ínfimo hasta lo infinito.

Todo manifiesta la Vida única de un Ser único desconocido y perdurable que también está dentro de nosotros, esta es una verdad que nos hace regocijarnos y sentir una paz inconmensurable.

 

La Fraternidad Universal es un segundo principio básico derivado del primero, porque todos los seres compartimos esta vida en la medida de su consciencia.  Es una ley universal que no solo se aplica al ser humano, sino a todas las formas de vida de todos los reinos.

 

La Inmanencia Divina es la omnipresencia, así que cualquier acto bueno o malo, en cualquier parte, afecta el total, lo que conlleva a que somos responsables ante todos/as y por todos/as.  Si comprendiéramos esto, el reino de los cielos se haría presente en el aquí-ahora.  Si entiendes esto, percibirás que la ley de la fraternidad es inviolable como la ley de la gravedad, porque todos/as somos parte del Ser Divino Supremo.

 

Bajo estas dos verdades universales fundamentales te comparto las siguientes enseñanzas de  teósofa Emogene S. Simmons, Segunda Parte del Curso Básico de Teosofía. Ella advierte que hemos de tener cuidado de no antropomorfizar ese gran concepto, cuando usamos el termino Dios.

 

  1. Existe una realidad infinita y eterna, una existencia real inconocible que subyace en toda manifestación, en todo fenómeno, pero que es desconocida e inconocible para la mente finita del ser humano.
  2. De esta realidad infinita, de esta causa sin causa, procede el principio creador que consideramos como el Dios manifestado, originador y sostenedor del universo, que de la unidad se desenvuelve en dualidad y de la dualidad en trinidad, que por ahora es solo parcialmente  conocido por el ser humano, pero es conocido en grado cada vez mayor a medida que el ser humano avanza en su evolución.”
  3. El Universo en conjunto, con todo cuanto hay en él, es una manifestación de la vida de Dios.
  4. Existen muchas inteligencias grandiosas (llamadas ángeles, arcángeles o devas) que han emanado del Dios manifestado y son agentes suyos para llevar acabo el propósito divino de la evolución.
  5. El ser humano como microcosmo, es divino en esencia y potencia, es un reflejo del macrocosmo y su ser interno es eterno.
  6. El ser humano se desarrolla y  evoluciona a través de experiencias que obtiene en encarnaciones sucesivas, a las cuales es atraído por el deseo bajo la ley del Karma (causa y efecto) en los tres mundos físico, emocional o astral y mental y de las cuales se libera por el conocimiento y el sacrificio, llegando a ser divino en potencia como siempre lo ha sido latentemente.
  7. Existen seres humanos que han completado su evolución humana, que han alcanzado perfección y que no tienen nada más que aprender en lo concerniente a nuestro estado humano.  Entre ellos grandes instructores/as espirituales  y salvadores/as así como otros menos conocidos/as pero que se dicen continúan trabajando en silencio y en oscuridad relativa por el bienestar del género humano.

 

Mabel Collin s en su obra “Del Idilio del Loto Blanco” dijo estas 3 verdades.

 

  1. “El alma del ser humano es inmortal y su futuro es el futuro de algo cuyo crecimiento y esplendor no tiene límites.”
  2. “El principio dador de vida mora dentro y fuera de nosotros, es imperecedero y eternamente beneficioso, no puede ser visto, ni oído, ni olido, pero lo percibe quien quiere percibirle.”

  1. “Cada ser humano es su propio legislador absoluto, el dispensador de gloria o lobreguez para sí mismo y quien decreta su propia vida, su recompensa, su castigo”. 

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